Bia Santos



Instalación 1:
La Cena.

Este instalación conduce a un diálogo entre la ilusión, la imaginación, el silencio y la simulación. Se refiere al acto de recepción, o esperar a alguien, pero también el acto de la rutina diaria de la casa; el acogimiento, el alimentar, el cuidar.
En este ambiente hay una simulación de un entorno real: un comedor, que consta de signos - mesa, silla, plato y cubiertos.
La obra está compuesta de una mesa, sobre la que apreciamos un mantel con el dibujo bordado de un plato y cubiertos. Este mantel representa el signo de lo femenino, el bordado como expresión, como actividad artesanal que en general es desarrollada por mujeres, así como el acto de alimentar que desde nuestro primero momento de la vida somos alimentados por un seno materno. Dialogando con esta mesa tenemos un video que simula lo real, o sea, un dibujo bordado de un plato con sus cubiertos. En ese plato el alimento de cada día, representado por el “pan” signo de alimento físico y espiritual. La imagen aparece en un bucle acompañado del sonido del día a día, del que hacer doméstico.
La obra se completa con un ajuar dibujos bordados de objetos de lo cotidiano
dentro de los cajones de una de las cajoneras que se encuentran en la sala.













Instalación 2:
La Espera. :¿qué esperas de la casa?



En esta obra nos encontramos con un objeto – un dibujo en el aire – de una silla mecedora, hecha en hilo dorado, sobre una peana, ubicada en la sala verde.
Así surge la cuestión ¿qué esperas de la casa?. Esta pregunta es formulada, con intención reflexiva sobre lo que la casa nos aporta, o como pensamos o deseamos que sea la casa, ese local ocupado donde vivimos y proyectamos nuestros deseos e inquietudes. Esta habitación muestra la mirada de la mujer dirigida si misma y al espacio que ella construye,
lejos de lo que se establece en nuestra sociedad.